Asbesto en el Subte

La historia de Eva: La empleada gastronómica que se enfermó por asbesto en el subte

Eva trabajaba de moza 16 horas diarias de lunes a sábado en una cadena de gastronomía en el subte. Frecuentó las líneas B, C y D. Un día de 2013 se descompuso. Le faltaba el aire y tenía fiebre. Se venía sintiendo mal pero tenía que ir a trabajar. Ese día de 2013 no pudo y fue a la guardia dónde un médico le hizo una placa. No le preguntó mucho pero fue contundente: “Tenés los pulmones como si hubieras trabajado en una mina de carbón”, le dijo. Al otro día volvió al médico porque los síntomas seguían: fiebre, mareos y problemas para respirar. Esta vez, la internan. En el ínterin que no va a trabajar por estar internada, la despiden.

De esta manera comienza el recorrido de Eva. A diez años de ese día consiguió, hace un año, un fallo de la justicia que reconoce como enfermedad laboral por exposición al asbesto su enfermedad. Sin embargo, no tiene cobertura médica. La ley no la prevee para los trabajadores que no están en actividad. Está en un limbo. Un vacío que el sindicato del subte ( AGTSyP- Metrodelegados) quiere llenar, a través del proyecto del ley que el mismo sindicato presentó al Congreso en noviembre de 2023.

SU ACERCAMIENTO AL SINDICATO DEL SUBTE

La primera vez que Eva tuvo contacto con el sindicato fue después de ir a la Superintendencia de Salud. Venía de estar en su ART dónde negaron que su enfermedad era laboral. Se trata de una cuestión genética, afirmó la ART. Sin embargo, una vez en la Superintendencia, al ver sus estudios, le diagnosticaron fibrosis por exposición al amianto. Y le recomiendan que vuelva al subte a pedir asesoramiento. Que ahí estaban mejor informados. Eso es lo que hace y a través de personal de limpieza de la Línea C consigue un teléfono. A la noche, en su casa, se anima. Marca el número. Del otro lado, atienden el llamado. Es Francisco Ledesma, Pancho, Secretario de Salud Laboral de AGTSyP. Eva le cuenta su situación y coordinan un encuentro que se da cerca de la casa de Eva, en la zona sur del Gran Buenos Aires. Allí se juntan Eva, Pancho y Néstor Segovia, Secretario Adjunto del sindicato. Es a través de ellos que Eva conoce a Lilian Capone, reconocida neumóloga que trabaja para la CTA y el sindicato. Lilian la va a acompañar durante todo el proceso. Otro momento clave es cuando el sindicato, embarcado en la pelea para desasbestizar, le presta pruebas a Eva que la ayudaron a reforzar la posición de su reclamo para que reconozcan su enfermedad como laboral.

UN FALLO QUE NO ALCANZA

Finalmente, tras un camino que llevó diez años, la justicia avaló el pedido de Eva. En primera instancia y también en segunda instancia. Son en total cuatro jueces los que afirman que se enfermó en el ámbito de trabajo, por asbesto. Atrás quedó el cinismo y la mentira que durante el juicio desparramó el Gobierno de la Ciudad y la empresa. Ella todavía recuerda la respuesta de la empresa durante el juicio: “Metrovías decía que el subte era un pulmón verde. Que era un lugar sano y que era imposible que yo me hubiera enfermado ahí”.

Sin embargo, ese reconocimiento legal no le otorga cobertura médica. Esto le trae consecuencias ya que: “Si tengo que ir a un médico, yo tengo que pagar todo. Estudios, médicos, traslados. Si yo me tengo que comprar una mochila de oxígeno, como tengo que hacer ahora, no tengo para pagarla. Ni tampoco me sirve la plata que me pueda pagar la ART. Necesito que ellos se hagan cargo de lo que por desidia provocaron en mí y en otras personas”.

Si bien logró que su enfermedad sea declarada como laboral, ni la ART ni nadie la cubre. Porque para el sistema la cobertura de salud existe si el empleado está en actividad. Eva dejó de estar en actividad en el subte. La ART la cubriría si continuara en vínculo con su empleador. Pero fue despedida cuando estuvo internada. Si bien la justicia reconoció que se enfermó en el ámbito de trabajo, la misma justicia desconoce algún tipo de cobertura médica si esa misma persona ya no está trabajando allí. En este vacío se encuentra hoy. En este punto del recorrido donde dio pasos inmensos. Por delante queda implementar soluciones para las personas que están en esta situación. El proyecto de Ley que impulsa el sindicato tiene ese objetivo. Llenar ese vacío para que las personas como Eva tengan, además del reconocimiento de la justicia, la cobertura médica necesaria.

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