Asbesto en el Subte

Reconocimiento histórico: Jubilado del subte con enfermedad profesional por exposición al asbesto

En un hecho sin precedentes, la Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART) aceptó reconocer como enfermedad profesional a un trabajador del subte jubilado por haber estado expuesto al asbesto. Horacio Berra, quien se jubiló en abril de 2020 después de 25 años de trabajo en el sector de Señales, había sido diagnosticado con cáncer de pulmón.

La historia de Horacio comienza cuando, después de su jubilación, tuvo que afrontar un cáncer de pulmón. Para operarse, visitó a muchos médicos, pero ninguno le preguntó sobre su historial laboral hasta que un doctor sí indagó sobre su trabajo anterior y le recomendó realizarse estudios para detectar la exposición al asbesto.

“Cuando fui a hacerme los estudios, el médico me preguntó: ‘¿De qué trabajaste antes de jubilarte?’. Le dije que había trabajado en el subte durante 25 años. Me miró y me dijo: ‘Asbesto. ¿Te hiciste los estudios?’ Le dije que no y me recomendó hacérmelos”, recuerda Horacio. Antes de llegar a ese médico, había visto a otros siete que no le habían hecho esa recomendación. Nadie le había preguntado de qué o en dónde había trabajado.

Al respecto, Francisco Pancho Ledesma, secretario de Salud Laboral, señaló que: “Los médicos no preguntan por tu historia laboral, solo por tu historia clínica”. El reconocimiento de la Sociedad de Neumología, una entidad científico médica, a la Auditoría Médica que hace el seguimiento médico de los trabajadores expuestos al asbesto, puede empezar a modificar esa actitud de los profesionales de la medicina.

Horacio se había operado exitosamente y ante la sugerencia de que su caso podía tener que ver con la exposición al asbesto, se dirigió a la sede de la AGTSyP. Fue allí, ya para noviembre de 2023, que conoció a todo el equipo de Salud Laboral del sindicato. Inés Malla es parte de ese equipo, y para Horacio fue fundamental: “Creo que no es de las que se quedan con lo que le dicen. No. Y si tiene dudas, la pelea, por eso creo que mi caso salió muy rápido”.

Desde la secretaría y con el acompañamiento de todo el sindicato, comienzan a elaborar el reclamo para que la ART reconozca la enfermedad laboral, es decir, a probar que Berra se enfermó en su puesto de trabajo. Tenía todos sus estudios, los cuales fueron presentados a la Auditoria Médica. No era sencillo. Cuando se jubiló, su sector llamado “Señales”, todavía no había entrado al Registro de Agentes de Riesgo como expuesto al asbesto. Además, en el medio, hubo un cambio de ART. Y ya habían pasado más de dos años, que es el plazo de tiempo que tiene un trabajador una vez jubilado para realizar la denuncia.

Sin embargo, pudieron seguir adelante. Inés Malla explica que: “Una vez concluida la relación laboral, la legislación da un plazo de dos años para realizar la denuncia ante una sospecha de enfermedad relacionada con la actividad. En el caso de Berra estaba pasado de este tiempo y el asbesto por ser un cancerígeno de larga latencia ese tiempo perentorio no corre. Nos apoyamos en eso para presentar el reclamo”.

Para febrero de 2024, inician el reclamo, planteando a la ART Galeno que como el asbesto es un cancerígeno de larga latencia, lo que quiere decir que los primeros síntomas pueden aparecer años después de la exposición, no había plazo para hacer la denuncia. Para octubre de ese año, la aseguradora aceptó que es una enfermedad profesional. Horacio empezaba a ganar el partido.

Logró una indemnización y al ser integrado a la Auditoria Médica, lo que es inusual porque está jubilado, tiene vigilancia médica de por vida en el Hospital Británico que incluye neumólogo, oncólogo y psicólogo. Solo un año y medio después de presentar el reclamo, tuvo ese resultado favorable.

Inés destacó el apoyo de los profesionales del sindicato y la vigilancia médica para llegar a este resultado positivo: “Todos estos trámites consumen mucho tiempo, generan mucha ansiedad y si no lo sabes realizar terminan haciéndose mal o presentándose mal. Eso hace que se caigan las causas. Porque no hubo prueba suficiente, porque no tenés perito. En el caso nuestro, si hay algo que tuvo desde el principio es la calidad de los profesionales que apoyan y sobre todo la evidencia. Esta evidencia es producto de ya cuatro años de vigilancia consecutiva”.

La anécdota que colorea esta historia la cuenta el mismo Horacio y sucedió cuando lo visitó la terapeuta ocupacional como parte del tratamiento: “Era una chica joven y me preguntó por todo el proceso que lo llevó hasta ahí, le hice un resumen donde le conté todo lo que me había pasado, entonces ella me dice -esto es para todos aquellos que dicen que los sindicatos no sirven para nada”

La historia de Horacio es inédita y es sobre todo una consecuencia concreta del trabajo de un sindicato que se ocupa del ambiente laboral de los compañeros, esta investigación que comenzó en el 2018 tuvo, tiene y tendrá un impacto enorme tanto en la reparación, así como también en la prevención para las próximas generaciones de compañeros que trabajen en el ámbito subterráneo.

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